Todos los indicadores económicos que viene cosechando el gobierno son negativos, a excepción del último número de inflación: este último lunes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó el hundimiento del 5,1% del PBI en el primer trimestre.

De la mano con esto y con implicancias sociales preocupantes, señalaron que la desocupación subió rápido en los primeros tres meses del año: del 5,7% heredado del gobierno anterior, el mínimo desde 1987, pasó a un 7,7%. La situación es preocupante: son 284.000 personas más que buscan trabajo y no encuentran un sustento para ganarse la vida.

Como si esto fuera poco, ahora un informe de la consultora Orlando J. Ferreres & Asociados, que repone Ámbito Financiero, indicó que la producción industrial cayó 9,8% en mayo acumulando para los primeros cinco meses del año una caída de nada más y nada menos que del 9,2%.

En esta línea, sostuvieron que “la serie desestacionalizada marcó una baja de 1,0% mensual, quedando 3,1% por debajo del nivel que tenía en diciembre”; mientras que en la comparación anual, la caída fue de 9,8%, donde las mayores contracciones “se produjeron en ‘Maquinaria y equipo’ (-23,8%), ‘Minerales no metálicos’ (-25,8%), y ‘Metales básicos’ (-33,5%)”.

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