A pesar de las advertencias y de los planteos que realizaron diversos partidos políticos y organizaciones sociales en la previa, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA) avanzó con la implementación de la boleta electrónica en el distrito en conjunto con la de papel y el resultado fue el que muchos esperaban: un desastre con múltiples fallas del sistema y largas filas de votación.
Según informó en las últimas horas Página 12, la jueza federal con competencia electoral en el territorio porteño, María Servini, denunció penalmente al Instituto de Gestión Electoral (IGE) de la Ciudad debido a “los trastornos y la desorganización generalizada” del comicio.
La Fiscalía Electoral de la Ciudad de Buenos Aires recibió 22 denuncias vinculadas con el mal funcionamiento de las máquinas de votación electrónica en el distrito, mientras que la jueza hizo dos presentaciones por “averiguación de delito”, que se tramitarán en el fuero federal porteño.
Entre los cuestionamientos se cuenta, por ejemplo, que “el 30% de las máquinas provistas por la empresa no habían sido testeadas en la previa, no contaban con los kit de instalación o directamente no funcionaban”, lo que demoró o dificultó el voto.
El planteo llegó incluso ante la Cámara Nacional Electoral (CNE), que en la noche del mismo domingo advirtió en un comunicado que las condiciones pautadas de antemano para la organización de la elección “no han sido cumplidas por las autoridades electorales de la Ciudad de Buenos Aires”.
Vale la pena recordar que las máquinas fueron provistas por la empresa Magic Software Argentina, que se llevó 29 millones de dólares de las arcas porteñas por organizar la elección.