A pesar de la estrategia de avance y confrontación que la administración de Horacio Rodríguez Larreta eligió seguir, por el momento hay 25 escuelas tomadas por los y las estudiantes o en modo activo de protesta en la Ciudad de Buenos Aires.
¿Qué reclaman desde hace tiempo los chicos y las chicas a quienes administran el mayor presupuesto del país? Viandas de calidad nutricional, mejor infraestructura edilicia y la suspensión de las prácticas laborales (gratuitas, por supuesto) en empresas.
Una estudiante de la Escuela Danzas 1 le reveló al portal Nueva Ciudad cuál es el estado real de la comida que reciben y del nulo diálogo que promueven las autoridades: “Sobre las viandas, hace años pedimos al Ministerio de Educación y al Gobierno de la Ciudad un mejoramiento del plan de alimentación para secundario y primario. Los sanguches que vienen de parte del Estado no alcanzan y encima vienen en malas condiciones. Somos un colegios artistico, pasamos 11 horas en la escuela y muchos no pueden comer en las casas por lo que dependen de lo que entrega el Estado, que es un sanguchito de queso y una fruta, que muchas veces llegan podridos. Una vez encontramos un pedazo de guante de hule en los sanguches”.
Lejos de dar respuestas, el gobierno porteño tomó el camino de iniciar demandas penales y civiles a los padres de los chicos que se encuentran manifestándose en las escuelas y mandar patrulleros y efectivos de la Policía de la Ciudad, incluidas camionetas sin patentes y personal que se negaba a identificarse tal como lo marca la ley.
“Es una locura jurídica“, señaló Diego Morales, del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), al explicar el cariz del planteo jurídico del oficialismo porteño. A raíz de ello, muchas familias empezaron a hacer llamados a abogados, fiscalías, defensorías y a realizar presentaciones.
“Es un escándalo persecutorio que está teniendo el efecto contrario al buscado“, agregó por su parte María del Carmen Verdú, titular de la Correpi, en diálogo con Página 12.
“¿Cómo se obtuvieron los datos de los familiares? Son datos que tiene el Ministerio, lo llamativo es que no se han equivocado, en todos los casos llegaron a familias cuyos hijes estaban en la toma. Sabemos que si de algo entiende la Ciudad de Buenos Aires, es de inteligencia, así que no nos sorprende. Si querían bajarle los decibeles a la cuestión, yo creo que están fallando. Si había algúna mamá o un papá que estaba pensando en desalentar la toma, con la indignación que esto provocó, pasó a apoyarlo”, remató.