Los cambios en el Ministerio de Economía, la disparada de los precios, la especulación y la incertidumbre impactaron de lleno en los bolsillos de los argentinos durante el último mes.

Según el informe que elabora el Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET), de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y el Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD), la inflación de julio fue nada más y nada menos que del 7,3%, la más alta desde abril de 2002.

Como si esto fuera poco, en los primeros siete meses del año, la inflación ya acumuló un 47%, y en los últimos doce meses, alcanzó el 70,8%: en ambos casos, se trata de los registros más elevados desde 1991.

El rubro “Educación” fue el que lideró las alzas, con el 16,4%, “a raíz del inicio de la segunda mitad del año lectivo, que suele tener ajuste de cuotas”; en segundo término quedó “Equipamiento y mantenimiento del hogar”, con el 11,9%. El rubro de “Indumentaria y calzado”, por su parte, subió un 10,4% en julio y el de “Alimentos y bebidas” hizo lo propio trepando al 6,8%.

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