La Provincia de Corrientes continúa a merced de las llamas y la situación no parece que vaya a mejorar en el corto plazo: según el último reporte del Servicio Nacional de Manejo del Fuego, que depende del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, hay al menos 15 focos activos a lo largo de todo el territorio y ya se quemaron 600.000 hectáreas.
Las áreas más afectadas siguen siendo las del noroeste y centro de la provincia, afectando a plantaciones forestales, bosques nativos, pastizales y zonas de humedales. Mientras que en Concepción II se logró extinguir el incendio y en Mercedes se contuvo, esta mañana el fuego generaba complicaciones en las localidades de San Miguel, Curuzú Cuatiá, Ituzaingó, Santo Tomé, Loreto y Bella Vista.
Hay aproximadamente 100 autobombas terrestres, seis aviones hidrantes, un helicóptero, equipos de riego, extinguidores y alrededor de mil rodados, entre públicos y privados, afectados a diferentes tareas para combatir el fuego, sumado a los brigadistas provenientes de las provincias de Jujuy, Córdoba, Mendoza y Buenos Aires que colaboran.
“Es un trabajo titánico pero hay que sostener la intensidad del mismo hasta que las condiciones climáticas traigan alivio“, advirtieron desde el gobierno provincial al ser consultados por la prensa.
“¿Por qué tantos incendios? Corrientes vive una sequía extraordinaria, nunca vista, la falta de lluvias. Las precipitaciones fueron por debajo de lo normal y después fueron escasas, con lo cual el pasto y la vegetación se convirtió como en un papel. Y además la mano del hombre, que tiene entre un 90 y 95 por ciento de culpabilidad“.
La situación es dramática en términos medioambientales y en pérdida de biodiversidad: en los Esteros del Iberá, por ejemplo, tuvieron que cerrar cinco portales de acceso al Parque Provincial y solo quedan dos habilitados debido al avance de las llamas. El agua que sobra del combate al fuego se la brindan los brigadistas y ayudantes a los animales para que puedan subsistir.
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