Las cosas se sucedieron de manera rápida: luego de que llegara una avalancha de casos durante el miércoles por la mañana, un comité de emergencia toxicológico detectó el miércoles por la tarde el antídoto para enfrentar los efectos de la cocaína adulterada y salvar la vida de las personas que ingresaban de manera crítica a los hospitales bonaerenses.
Fue de esa manera cómo, en primer lugar, se pudo frenar la cifra de fallecidos: según números oficiales del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, ya son 23 los muertos, hay una veintena de personas en terapia intensiva y, en total, se atendió a más de 200 que habían consumido las dosis compradas en Puerta 8.
“Lo peor ya pasó. Se trata de un consumo inmediato, a precio muy bajo. 250 pesos el papelito, la mitad de lo habitual. De manera que esas dosis suelen comprarse y consumirse al instante. No compran para guardar, compran para consumir, por lo tanto es difícil que aparezcan más víctimas. Y hay otro elemento clave: la actuación rápida del ministro Berni permitió secuestrar todas las dosis que estaban sin vender. Ahí se cortó el consumo de lo de Puerta 8″, aseveraron desde el Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires.
Se presume que la sustancia con la que se cortó la cocaína es fentanilo no-farmacéutico, es decir, que está producido clandestinamente. Hasta el momento la identificación de ese elemento se produjo por diagnóstico clínico, verificando los síntomas y cuál es el antídoto que funcionó en los pacientes: en el análisis que se realizó via cromatógrafo no se pudo identificar la sustancia.
Por otra parte, mientras los allanamientos se sucedían en distintos puntos del conurbano los familiares de los detenidos en Puerta 8 protestaban argumentando que los detenidos son jóvenes que no tienen nada que ver: cuestionan que la policía ya había allanado dos veces el llamado “búnker” y que la droga nunca dejó de venderse, por lo que sugieren que hay connivencia con las autoridades.
Por último, y teniendo en cuenta el estrato social al que pertenecían la mayoría de las víctimas, los familiares remarcaron la necesidad de que haya lugares de atención para los usuarios problemáticos teniendo en cuenta la situación inmanejable que viven con hijos, hijas o parejas que caen en la adicción.