Argentina se inunda, se quema, sufre severas olas de calor y sequías extremas pero la clase política, de la mano de los grandes grupos inmobiliarios y productivos, miran para otro lado en lo que la cuestión medioambiental respecta.
Una nueva muestra de ello fue la oficialización en las últimas horas por parte del gobierno nacional del temario para las sesiones extraordinarias de febrero: dejó afuera a la “Ley de Humedales”, que así perdió estado parlamentario por tercera vez.
“Pese a que es un reclamo que ya lleva más de 10 años, el Congreso Nacional sigue desoyendo este reclamo ciudadano. No ha prosperado básicamente por la falta de interés y de compromiso político de muchos de nuestros representantes y por la falta de impulso del Poder Ejecutivo. Parece que las autoridades, a distintos niveles, escuchan más la presión del lobby extractivista que se oponen a la ley –las actividades agroindustriales, mineras, de desarrollo inmobiliario a gran escala- que al reclamo de la ciudadanía”, señaló la abogada ambientalista Ana Di Pangracio, de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (Farn), en diálogo con el portal Tiempo Argentino.
“Dejar caer la ley de humedales es justamente eso, darles rienda suelta a los dueños del mundo (que son muy pocos) para oprimirnos como pueblo y privarnos de todo derecho al bienestar. En el caso particular de nuestro Delta del Paraná sentimos una persecución sistemática a nuestro instinto de supervivencia o conservación por medio del fuego. El humo de nuestro humedal te asfixia y el Estado se borra como garante de derechos”, apuntó por su parte Fernanda Del Carlo, de la organización Salvemos los Humedales Villa Constitución.
“Hay un doble discurso del oficialismo. Necesitamos una respuesta de manera urgente. Los incendios en los humedales y en nuestro país son terribles. Hay problemas en el Sistema Nacional de Manejo del Fuego mientras estamos viendo cómo desaparecen nuestros humedales”, disparó Enrique Estévez, legislador rosarino por Santa Fe, en diálogo con Radiópolis de Radio 2.
“No avanza porque afecta los negocios del gobierno. Esta teoría de reiniciar la economía para ir hacia una economía verde es una falacia absoluta. ¿Cómo se puede hacer sin ley de humedales? Dicen que van a duplicar los alimentos para exportación. Entonces van a ir sobre bosques y humedales, no hay otra frontera para lo agropecuario. La ‘Ley de Humedales’ implica que eso no está permitido. El otro negocio que los gobiernos quieren mantener vivo es el del desarrollo inmobiliario de alta gama, que es el que genera dinero a los desarrolladores y tasa de impuesto a los municipios“, remató Daniel Bracamonte, del Movimiento De Raíz.