“Disponer de la capacidad de hacer testeos a toda una población en riesgo, ante un aumento inusitado de contagios, lleva a que se replanteen las estrategias”, aseveró en las últimas horas Tomás Orduna, Jefe del Servicio de Medicina Tropical y Medicina del Viajero en Hospital Muñiz, en diálogo con Página 12.
“En Vancouver se decidió dejar de testear a los contactos y a los pacientes con síntomas y cuadros leves. En cambio, se les pide que se queden durante ocho días aislados y en alerta ante cualquier cambio en su evolución clínica. Estoy totalmente a favor de esta metodología. Es natural que los sistemas de testeo no alcancen con la dispersión que tenemos”, subrayó el especialista.
“Si bien es bueno saber qué cantidad de gente hay infectada y las variantes que circulan, la verdad es que, del mismo modo que ocurre con dengue, cuando la epidemia se desata dejamos de hacer diagnóstico por laboratorio y todo cuadro clínico compatible, se asume que es dengue“, explicó luego.
Y concluyó: “Lo más importante es que se respete el aislamiento, que durante ese tiempo de confinamiento, el paciente deja de infectar a otros“.