La pandemia suspendió por un año los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y sigue sin darle tregua en este 2021: el gobierno japonés declaro este jueves un nuevo “estado de emergencia sanitaria” en la capital del país que tendrá vigencia hasta el próximo 22 de agosto y las repercusiones en la cita olímpica son de cabal importancia.
Aunque en la práctica la medida no supondrá una gran diferencia con la situación actual ya que se trata de un endurecimiento de restricciones para los comercios, sí cambiará al espíritu de las olimpiadas: no habrá público en los estadios.
La ministra a cargo del certamen, Tamayo Marukawa, informó que la situación epidemiológica obligó a los organizadores de la competición y a las autoridades a tomar esta “impopular” medida a 15 días de la ceremonia inaugural.
Y aunque todavía se especula con algún cambio de último momento y un aforo mínimo, la cosa no parece sencilla: Tokio contabilizó el miércoles 920 nuevos casos de COVID-19, la mayor cifra diaria desde mediados de mayo, y la variante Delta parece estar detrás de estos números.