En medio de la segunda ola de coronavirus y con los hospitales al borde del colapso, el gobierno porteño anunció durante los últimos días que iba a cerrar siete estaciones de subte: esa medida se concretó este mismo lunes.
En función de desalentar el uso del transporte público y la aglomeración de pasajeros en los vagones, la administración de Horacio Rodríguez Larreta procedió a dejar sin funcionamiento las estaciones Acoyte (Línea “A”); Dorrego y Callao (Línea “B”); Palermo y Callao (Línea “D”); Boedo (Línea “E”); y Caseros (Línea “H”).
Según señalaron las autoridades del distrito, esto permitirá fundamentalmente “administrar el ingreso de usuarios a los andenes” así como también “tener una mayor precisión del aforo y de los permisos de circulación”.
Más allá de que se esperaban medidas restrictivas para frenar los contagios, algunos usuarios -incluidos trabajadores esenciales- rechazaron y protestaron en redes sociales la decisión al asegurar que sólo servirá para que se produzcan amontonamientos en otros medios de transporte.