Aunque el factor estacional del nuevo coronavirus parece ser real, evidentemente no basta por sí sólo: la mayoría de los países de Sudamérica están viendo un nuevo repunte en la curva de contagios por estos días y se teme que la Argentina no sea la excepción.
El lento descenso del número de casos que se viene registrando en la Ciudad de Buenos Aires encontró una pausa en la última semana y las autoridades encendieron las luces de alarma: ahora deberán analizar si se trata de una nueva tendencia o si constituye una excepción dentro del cuadro general.
Según lo que arrojan los datos duros, mientras que el lunes y el martes los positivos rondaron los 160 casos por día, el jueves se acercaron a los 400 y el viernes casi se triplicaron al tocar los 466. El viernes 4 de noviembre, es decir, tan sólo una semana antes, habían sido 310 los casos de COVID-19 detectados.
Desde el Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires le indicaron a Clarín que todavía es temprano para hacer un análisis terminante: “El aumento de casos se vio en los últimos dos o tres días. Hay que ver cómo continúa la semana que viene“.
“Siempre son muchos factores juntos, nunca hay uno solo. Por eso hay que ver cómo evoluciona para saber si se trata sólo de un retraso en la carga de casos“, agregaron en alusión a los feriados que tuvieron lugar la última semana y que empalmaron con el sábado y el domingo.