El último 30 de abril, Facundo Astudillo Castro salió de la localidad bonaerense de Pedro Luro rumbo a Bahía Blanca: buscaba hacer el trayecto a dedo para llegar hasta la casa de la ex novia. Nunca llegó a destino ni nadie lo volvió a ver: la Policía Bonaerense dice que lo detuvieron en un retén, le labraron un acta por romper la cuarentena y lo dejaron seguir pero la familia denunció desde un primer momento que se trataba de una desaparición forzada.
Durante todos estos meses se destapó toda una trama de encubrimiento e irregularidades que no encontró respuestas en la justicia. A mediados de agosto se encontraron restos de un cuerpo en el estuario de Villarino Viejo junto a una zapatilla que, se presumía, sería del chico: los abogados de la querella sostienen que el mismo “fue plantado”.
La autopsia del esqueleto comenzó hace algunos días atrás y se llevó a cabo en la sede del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), ubicado en la ex ESMA del barrio porteño de Núñez: se hizo en presencia de la madre de Cristina Castro, su perito Virginia Creimer, sus abogados y la jueza federal de Bahía Blanca María Gabriela Marrón, más de veinte profesionales de varias disciplinas
Este miércoles al mediodía, la jueza federal María Gabriela Marrón confirmó que, según el cotejo de ADN realizado por el EAAF, los restos encontrados corresponden con la identidad de Facundo Astudillo Castro.