El Ingenio Ledesma es, a la democracia argentina, una asignatura pendiente con su “Noche del apagón”, cuando, en 1977, en medio de la oscuridad por cortes de luz intencionales , efectivos de Gendarmería Nacional y del Ejército, irrumpieron en Calilegua, Libertador General San Martín y El Talar y secuestraron a 400 personas que trabajaban en el Ingenio. De ellas, 33 permanecen desaparecidas. Hoy Ledesma tiene en los trabajadores las víctimas de un sistema de salud que puede colapsar.
Ledesma es considerada la empresa con más muertes obreras por covid-19 del país. Las personas, con o sin síntomas, según denuncia la CTA, son transportados en vehículos, apretados y sin respetar protocolos. El hospital zonal está al 110% de su capacidad. Sus directivos y personal sanitario hacen colectas debido a que no les llegan los materiales mínimos de protección. El Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar del Ingenio Ledesma (SOEAIL), dice que los fallecidos en la empresa son nueve, y mientras que en la ciudad de Libertador General San Martín, los fallecidos superan los 30.
Pablo Lazarte entró a los 18 años al Ingenio Ledesma, y esta allí la misma cantidad de años. Es delegado y secretario general de la CTA Jujuy. En julio pasado fue aislado, : “Estuve con síntomas, desde el 15 de julio hasta el 30 de julio, aislado en mi domicilio. Volví al trabajo el 30 y nunca me hicieron el test, . Hasta el día de hoy, que no recupero el olfato”, dice.
Cuenta Pablo que cuando un obrero empieza con los síntomas se les otorga 14 días de cuarentena. Si bien la empresa contrató dos hoteles para que sus trabajadores hagan el aislamiento, en una semana ya estaban llenos. Al cabo de los 14 días, el obrero tiene que volver al trabajo sin haber sido testeado.
“Los trabajadores no nos sentimos cuidados por parte de la empresa. Los elementos de protección personal no son los adecuados, como los barbijos que nos dan, los trailers que se usan para el transporte de los obreros de campo”.
Ledesma tiene diferentes secciones, donde trabajan 7 mil personas: la azucarera, juguera, papelera y el campo, donde se cosecha la caña de azúcar y frutales para exportación. “El parte que Ledesma presentó el 10 de agosto , dice que tienen registrado 276 casos positivos, pero a muchos no nos hicieron los test”. Agrega el dirigente gremial¨. “En todas las localidades hicieron hospitales de campaña donde nos decían que iban a ser atendidos los enfermos . Cuando empezaron a aparecer los casos, la gente se acercó a los hospitales de campañas y vimos que eran estructuras vacias”.
Pablo es, además, presidente del servicio funerario azucarero: “Nuestro servicio de sepelio tiene un promedio de dos servicios por mes, y, en estos últimos 10 días, hemos tenido nueve”. Solo en el departamento de Ledesma, la policía registro, 16 fallecidos en sus domicilios desde que empezó el mes de agosto. “La gente se está muriendo en las casas, los hospitales están llenos, no hay lugar para nadie más. Se llama al COE (Comité Operativo de Emergencia), y nunca atienden. En Ledesma, por ahora, el cementerio nos está dando terreno para cavar las fosas, pero ya nos dijeron que en cualquier cualquier momento van autorizar que los cuerpos vayan a nichos”.
Fernanda Giribone es empleada e integrante de Izquierda Socialista en Jujuy, Dice a este medio “Las empresas dicen que mantienen los protocolos, pero no está comprobado que el protocolo sirva para un lugar cerrado. Es imposible evitar el contagio trabajando durante ocho horas con personas que probablemente tengan el virus. Los trabajadores denuncian que aún esos protocolos inútiles, no se cumplen”. Cuenta Fernanda que los contagios pasaron a las comunidades que son lugares de mucha vulnerabilidad. “Lo que nos falta para ser Ecuador es que colapse el sistema funerario, aunque los familiares esperan horas con sus fallecidos en las casas y son personas que con asistencia médica se hubieran salvado”.
Natalia Vargas es secretaria general de ATE y CTA, está en Libertador General San Martín, cabecera del Departamento de Ledesma zona subtropical y selvática llamada “El ramal o Zona de Yunga“. Hoy es zona roja de Covid. “El sistema de salud ha colapsado acá. En Libertador, tenemos el Hospital Zonal Oscar Orías, que cuenta con seis camas y seis respiradores en una población de más de 70 mil habitantes, con un contagio de 1400 personas en un brote que subió muy rápido en dos o tres semanas”.
Cuenta que los primeros en contagiarse fueron los trabajadores de la salud, y luego el personal policial. “Acá nunca se cuidó a los trabajadores con los elementos de bioseguridad, eso nunca llegó, el sistema de COE es muy cerrado, solo participan aquellos que el Municipio elige y también tenemos médicos que por quejarse, y mostrar la verdad fueron sancionados y separados del COE”, agrega.
“Al Virus lo frenamos entre todos” dice en su Pagina web de la Empresa Ledesma.En marzo, al comienzo de la cuarentena, los directivos anunciaban que “donaban” 2500 litros de alcohol, y le vendían al Estado 30.000. En el mes de mayo, cuando desde el Gobierno Nacional lanzaba la Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), Ledesma fue beneficiada con esta medida, haciéndose cargo del 50% de los salarios de los obreros. Sin embargo, a los del sector papelera se le recortó el 30 % de su salario.
“El mensaje de la empresa parece ser contágiense, enférmense, hagan anticuerpos y los que tengan que morir, que mueran: la producción no se puede parar”, declaró Rafael Vargas, Secretario General del SOEIL, sindicato azucarero a Radio Gráfica e informó sobre la denuncia penal realizada el 27 de julio pasado al Ingenio. “A la gente con síntomas, desde medicina laboral de la empresa los mandan a trabajar. A los mayores de 60 años también los mandan a trabajar. Los que tienen enfermedades crónicas también están trabajando. No nos entregan los elementos de seguridad”.
Pablo Lazarte, trabaja con un barbijo de tela ecológica, se saca una foto desde el Ingenio para mostrar su (único) elemento de protección. Nunca supo su diagnóstico. Expresa incertidumbre y espera respuestas de una empresa que nunca las dio. “Se está viviendo un momento de angustia terrible en todo Jujuy, el gobernador hace oídos sordos a los médicos, sabe que todo se les fue de las manos”.
Adriana Vanoli