“Hay que tener en cuenta que el 85% de la superficie del país está en otra situación. El problema es que una alta proporción de la población vive en el área metropolitana de Buenos Aires. No descarto que se pueda volver atrás. Estamos en un momento complicado de la evolución del virus en la Argentina”, aseguró el infectólogo Pedro Cahn en una charla con estudiantes del Posgrado en Periodismo de Investigación Perfil-USAL.
Sobre los aciertos desde el inicio de la pandemia, el miembro del comité de expertos que asesora al gobierno nacional afirmó: “Haber decretado la cuarentena y haber suspendido las clases en forma temprana, fue una medida extraordinaria“.
Pero agregó: “Lo que no ha funcionado tan bien, para mí, es la búsqueda de contactos estrechos. Me parece que todavía estamos tardando demasiado en hacer el diagnóstico. Cuando salimos a hisopar a una persona, tenemos un espacio demasiado largo en horas entre el hisopado y el resultado, lo cual hace que al mismo tiempo se nos dificulte la búsqueda de los contactos estrechos del caso positivo. Me parece que en el AMBA nos está faltando una profundización del plan DetectAR, que fue una iniciativa de Nación”.
En torno a la posibilidad de que colapse el entramado sanitario por el crecimiento del contagio, explicó: “El sistema está reforzado, pero ningún sistema de salud en el mundo puede aguantar una especie de tsunami de casos. Si en vez de tener 1900 casos mañana tenemos 4 mil y al día siguiente tenemos 8 mil, puedo garantizar que va a ser muy difícil poder aguantar, aún con todas las amplificaciones que se hicieron todo tiene un límite. Es muy importante todo lo que podamos hacer para reducir la circulación del virus“.
También habló sobre los “anti-cuarentena” que replican por doquier los medios masivos de comunicación: “Quiero diferenciar a la gente que está cansada de la cuarentena como lo estoy yo. Todos padecemos esta cuarentena. En lo personal, a mí me afecta por la edad que tengo. Salgo poco, para ver pacientes y para alguna reunión que tenga en Presidencia. No veo a mis nietos desde el 15 de marzo y tengo familiares que tienen comercios que lo tienen cerrado, de modo que con los efectos negativos de la cuarentena empatizo totalmente. De ahí a tener una militancia anticuarentena, me parece un despropósito. La militancia anti cuarentena me hace acordar a los terraplanistas o los antivacunas”.
Y ante los reclamos de trabajadores de la salud de hospitales públicos por la mala calidad o falta de insumos, señaló: “Ningún personal del equipo de salud debería atender sin contar con el equipo de protección personal. No hay razón para que no tengan los equipos de protección personal. A nivel público se han comprado una cantidad importante de equipos y si faltan en algún lugar es porque alguien no hizo lo que tiene que hacer. A nivel privado es responsabilidad de los de los centros privados de resolverlos”.
Y remató: “Mi mayor preocupación a nivel social es que la gente, cansada de la cuarentena, no mantenga el distanciamiento social. El juntarse en una esquina a tomar cerveza con amigos o hacer reuniones clandestinas, una mateada de siete horas, por nombrar ejemplos concretos, son situaciones que terminan en las 30, 40 o 50 personas infectadas”.
? Pedro Cahn, infectólogo y miembro del comité asesor del gobierno: “Si relajamos ahora, la cosa puede ser muy complicada”