Un saber/hacer desaparecedor que en Tucumán tiene echadas largas raíces volvió a emerger y cobrar visibilidad en los últimos días: Luis Armando Espinoza, un trabajador rural de 31 años que fue atacado junto a su hermano por policías de la comisaría de Monteagudo, estuvo una semana desaparecido y su cuerpo sin vida fue encontrado el viernes pasado.
El jefe de esa dependencia policial presionó a sus subordinados para arrojarlo en un barranco, en La Banderita, límite con Catamarca: si no fuera porque se quebró el pacto de silencio dentro de las propias fuerzas de seguridad, su suerte hubiera sido la misma que la de muchos otros. El letrado que lleva adelante la causa aclaró que se los investigará por desaparición forzada de persona, agravada porque sus autores son policías y por la muerte de la víctima.
“Es un crimen cometido con tanta perversión que fueron a alejarlo del lugar donde vivía y hasta de la provincia“, aseveró Nora Cortiñas en diálogo con “La Izquierda Diario”.
“El juez dictaminó la desaparición forzada seguida de muerte. Me pareció un avance“, agregó luego la referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.
“Cambiamos de gobierno pensando que esto se iba a modificar e íbamos a volver a la humanidad, pero este es un hecho inhumano y criminal. Alberto Fernández se tendría que haber referido. Tarde para todo están llegando“, sentenció con dureza.
? Sobre el coronavirus y la difícil situación que atraviesan los que menos tienen: “Los barrios siguen desprotegidos: en la Villa 31 no se avanzó, se tardó mucho en darse cuenta del grito permanente por agua y cuidados“