? Por: Adriana Vanoli

El 9 de enero pasado, una combi con 20 cosecheros de yerba mate desbarrancó en Salto Tabay, Misiones.  El vehículo no tenía asientos. Los trabajadores iban parados, entre ellos un menor de edad. Un accidente evitable  dentro de lo cotidiano de un sistema de esclavitud, no tan moderna, como la cosecha de yerba an Argentina.

La combi cayó tres metros. Dentro de los trabajadores Jonatan E., de 16 años tenía hasta ayer todavía la fractura expuesta en el Hospital de Madariaga en Posadas. “Lo cuida su papá, que al ser tarafero también, no cobra nada si no va a cosechar”. Dice Patricia Ocampo, que creció en una familia de tareferos y hoy está al frente de “Sueño para Misiones” una ONG que expone la vulnerabilidad de las familias que trabajan en la Yerba Mate en Misiones.

 “Se calcula que hay entre 15 y 17 mil cosecheros, pero a eso hay que multiplicarlo por siete, al ser familias numerosas, pero no hay números concretos y eso implica que son casi invisibles” dice Patricia Ocampo a Radio ParqueVida. “Los trabajadores -nuestros trabajadores- venían de hacer una tarea ruda y forzosa, que es cosechar yerba con la mano, son usados como suerte de “mensúes” modernos, trabajando a destajo, sin las medidas de seguridad dignas y sin importar la edad (la presencia de menores en los campos de yerba es algo habitual en el interior de Misiones).

En Argentina se produce el 60 por ciento del total mundial de yerba mate y el 90 por ciento de esa producción está concentrado en la provincia de Misiones, mientras que en Corrientes se cultiva el 10 por ciento restante. La zafra comienza en abril y dura hasta septiembre. En ella participan hombres, mujeres y niños quienes conforman el último eslabón en la cadena productiva; se los llama “tareferos”, palabra que viene del portugués “tarefa”, y significa “tarea, obra que se debe concluir en tiempo determinado, trabajo que se hace por empresa o a destajo”.

Según un relevamiento realizado en 2012, a cargo de Norma Figueredo de la Universidad Nacional de Misiones, y  publicado en el portal Argentina Investiga, entre las edades de los y las trabajadoras, se registró la mínima en 11 y la máxima de 79 años. “Dicen que está prohibido, pero trabajan igual; yo mismo, con 11 años ya tarefeaba”, expresa uno de los tareferos encuestados. En este sentido, el 50% comenzó a tarefear entre los 5 y los 14 años, y más de la mitad aprendió con sus padres. La edad promedio de iniciación es de 13 años.

Las condiciones indignas de trabajo son centenarias y , atraviesan todos los gobiernos, la Sociedad debe ser solidaria pero el Estado no debe ser solidario, debe ser responsable. Desde nuestra ONG también impulsamos un proyecto de ley presentado hace un par de meses en el Congreso (por tercera vez), donde se pide un etiquetado para productos libres de trabajo infantil”.

La pobreza solo está destinada a las familias cosecheras, según Ocampo. En el mes de noviembre de 2019 se exportaron 12 millones de kilos de yerba mate y en el año un total de 250 millones de kilos. “Solo en el mercado interno se facturaron 7500 millones de pesos, y el trabajador no llega a percibir un 2% de esto”, dice la titular de la ONG.

Comentarios

comentarios