Donald Trump, pidió este lunes a todos los estadounidenses que “condenen el supremacismo blanco”. La conferencia de prensa del presidente norteamericano se dio después de dos tiroteos entre sábado y domingo en distintas ciudades de los Estados Unidos que dejaron 29 muertos y decenas de heridos.
“Nuestra nación debe condenar el racismo, el fanatismo y la supremacía blanca. Estas ideologías siniestras deben ser derrotadas. El odio no tiene lugar en Estados Unidos. El odio deforma la mente, devasta el corazón y devora el alma”, aseveró escuetamente desde la Casa Blanca.
A pesar de esto, el líder republicano no propuso una reforma al control de armas: “Las enfermedades mentales y el odio aprietan el gatillo, no las armas“, señaló.
? Momento de tensión durante el ataque en El Paso: el atacante fue atrapado por la policía y será sometido a juicio.
Hace un tiempo atrás, durante un acto en Florida, el propio Donald Trump preguntó qué podía hacer con los inmigrantes que llegaban a la frontera. “¡Dispararles!”, gritó uno de sus seguidores. El presidente río.
El sábado por la mañana, la realidad volvió a mostrar que lo que puede ponerse en palabras puede también ponerse en acto: Patrick Crusius, proveniente de un suburbio de Dallas, irrumpió a tiros en un Walmart para cometer el mayor crimen racista contra hispanos de la historia moderna de Estados Unidos.
En el manifiesto que colgó en internet, el atacante hacía alusión a una “invasión hispana”: los 20 muertos y los 26 heridos que dejó en el supermercado fueron su respuesta a ello.
Y para mostrar que estos hechos no son casualidad y que no son simplemente las acciones de un “loco”, sino que tiene profundos lazos con la sociedad en que se materializan, Connor Betts, de 24 años, emprendió en la madrugada del domingo a los tiros contra los transeúntes en una zona de bares concurrida de Dayton, Ohio.
Tras matar a ocho personas (incluida su hermana) y herir a otras 27, la policía logró terminar con su periplo asesino de un disparo.
?? Conmoción en Estados Unidos
