✔️ ¿Qué denuncian los familiares? Que a Carlos lo culparon de un robo que hizo la propia Policía de La Matanza.
Frente al Tribunal Oral Número 3 de San Justo, Provincia de Buenos Aires, hay una familia encadenada. Son la madre y los hermanos de Carlos González, quien está preso hace un año y tres meses en una causa plagada de irregularidades.
El día 23 de abril de 2018 a las 21.30 horas, cuando el dueño de supermercado chino, Weng Longmel, se apresta a cerrar el comercio, un hombre le pide que le venda un cajón de cerveza, al acceder y abrir el portón reja, se introducen en forma violenta seis hombres más con armas de fuego. Uno de ellos llevaba un chaleco con la inscripción “Policía”. Los hombres obligan a los presentes a arrojarse al suelo. Les roban los teléfonos celulares, el dinero de la caja y dos computadoras con las memorias de las cámaras de seguridad. Esta denuncia, literal, se hizo en el destacamento Lavorato de Virrey Del Pino, km 43.500 de la Ruta 3, en la Unidad Funcional de Instrucción y juicio N 6 con fecha 23 de abril de 2018
? Inexplicablamente, por este robo lo apresan cuatro días después a Carlos González, de tan solo 25 años.
El jóven era el dueño de un almacén, kiosco y pollería en la casa familiar del Barrio Esperanza en Virrey del Pino, Partido de La Matanza. El viernes 27 de abril de 2018 fue a comprar al supermercado chino, del cual era cliente. Lo acompañaron dos amigos en el auto de su hermano mayor.
Cuenta Gustavo González, uno de los trece hermanos de Carlos, que en el comercio había un custodio: “Estaba Felix Carlos Andres Rodriguez, en un trabajo adicional a su cargo de policía de la Comisaría Distrital 3ra Sur de Villa Dorrego en Gonzalez Catán”. Y agrega que: “Cuando Carlos va a pagar en la caja, Felix Rodriguez le apunta con una pistola gritándole a mi hermano, que él era uno de los ladrones que habían entrado a robar el lunes”. Rodriguez, aclara Gustavo, no estaba presente en el supermercado el día del robo. “Los tiraron al suelo, y el custodio llama más policías. Mi hermano no puso resistencia, pero si estaban los tres muy asustados y sorprendidos”, subrayó.
“Esto seguro se aclara pronto. Solo fueron a comprar”, pensó la familia. Nada más lejos de la realidad. “Ese fue el principio de esta pesadilla de la que todavía no despertamos“, dice Guillermina González, la mamá de Carlos. Cuando encerraron a su hijo, la beba del muchacho tenía 60 días de nacida: ya cumplió el año y cinco meses. Su papá no volvió a verla.
Esa noche del 27 de abril, a Carlos lo llevaron al Destacamento Fernando Lavorato Abrev 301 de Virrey del Pino. “En ese destacamento el policía Matias Caballero lo golpeó ferozmente, por eso lo denunciamos en la fiscalía por apremios ilegales y tortura”, continúa con su relato Guillermina. “Después de que lo encerró a mi hermano, a Caballero lo trasladaron a Villa Madero, ahora está en Isidro Casanova, con un ascenso“, agrega, por su parte, Gustavo.
Hay seis testigos que esperan ser citados para contar que el día del atraco, el 23 de abril, Carlos estaba en su casa y luego pasó a saludar a un amigo por su cumpleaños. Un empleado del supermercado chino fue llevado a declarar para que reconociera en esos muchachos a los ladrones del día 23: “Lo presionaron a firmar algo que no leyó para poder irse rápido, pero firmó la cárcel para mi hermano“, apunta Gustavo. A los pocos días, el mismo empleado fue a la fiscalía a declarar que González no era uno de los ladrones: él lo conocía por ser cliente que lo habían presionado a firmar. Desestimaron esta declaración. Está esperando que lo llamen también para dar su versión de los hechos.
? “Mi hijo fue a comprar a un supermercado y lo encarcelaron por un robo que no cometió” Guillermina mamá de Carlos Javier Gonzalez, victima de una #CausaArmada #TotoInocente
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— No Mataras (@nomataras) 8 de junio de 2019
A Carlos lo encarcelaron junto a los dos amigos, quienes a los dos días salieron libres. El auto que manejaba esa noche del 27 de abril era de su hermano, con los papeles de titularidad correspondiente. “Desde el juzgado dijeron que tenía patente falsa. Ese papel ahora no consta el expediente y el auto desapareció”, sostienen sus familiares.
La pesadilla no terminó allí: la casa de Carlos fue allanada dos días después de que lo llevaron detenido, rompiendo puertas y asustando a los más chicos de la familia. Buscaban seis Iphones y doscientos mil pesos. Encontraron solo una casa llena de ropa sin arreglar, porque Guillermina no tenía ánimo ni de levantarse de la cama. “Esa noche tiraron a mis hijos Gustavo y David al suelo, les pisaron la espalda. David tiene una discapacidad mental y cuando los policías intentaron pegarle, los vecinos empezaron a gritar. Eso lo salvó, aunque quedó muy asustado”, desliza, entristecida, la madre.
La familia creyó en un primer momento que la equivocación se subsanaría pronto. Era todo demasiado burdo para que pudiera prolongarse, pero no fue así. Guillermina y su esposo, que criaron juntos catorce hijos, con el encierro de Carlos perdieron casi todo: “Los honorarios de los abogados nos llevaron desde máquinas de coser, camionetas de trabajo hasta el dinero que sacamos en créditos bancarios. A Hugo Lopez Carribero, el abogado que suele aparecer en la pantalla de Canal 26, sólo a él, le pagamos casi 300 mil pesos por seis meses de no hacer nada, dilatar todo y enojarse a tal punto de gritarle y basurear a mi mamá cuando decidimos cambiar de abogado”.
El fiscal que interviene es Claudio Polero, de recordada actuación cuestionada por la defensa de Gonzalo Salerno, que en 2005 fue absuelto luego de pasar casi cinco años en la cárcel por un crimen que no cometió. En esa oportunidad, la abogada dijo que el fiscal: “No investigó el caso, hizo lugar a la detención de Salerno y no chequeó la veracidad o no de los dos testigos de identidad reservada que le presentó la policía para cerrar el expediente”.
La causa de Carlos la lleva el juez Gustavo Omar Navarrine. Por el momento deniega la morigeración de la prisión preventiva y aconseja tratamiento psicológico. El joven continúa en la Unidad 43 del Servicio Penitenciario Bonaerense de González Catán con posibilidad de que lo trasladen a la Unidad Neuropsiquiátrica nº 10 en Melchor Romero.
? Guillermina, madre de Carlos: “Yo pregunto: ¿en qué mundo es posible esta farsa policial y judicial que elige a mi hijo, un muchacho de 25 años, para robarle la vida?