La mañana del jueves arrancó agitada en el centro porteño: a las 7:30, trabajadores despedidos de FEMSA-Coca Cola se desplazaron sobre la Avenida Corrientes para interrumpir el tránsito.

En ese mismo momento, efectivos de la Policía de la Ciudad cargaron contra ellos para liberar algunos carriles de la calle y, tras algunos forcejeos, la situación se distendió.

Sin embargo, esos minutos fueron un espejismo. Luego de un rato de tensa calma, volvieron los empujones: ahí los policías desplegaron otra formación más grande y nutrida, utilizaron palos y gas pimienta para desalojarlos del lugar, hiriendo en el medio a varios de los manifestantes.

El jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, defendió el accionar policial: “Se ordenó y controló a los manifestantes. No podemos permitir que si son 20 corten la calle”.

Vale la pena recordar que FEMSA-Coca Cola anunció en las últimas horas que “no había necesidad de abrir el PPC” en el Ministerio de Trabajo y que, luego de charlas con el sindicato, los despidos serían 32 en lugar de los 75 previstos inicialmente. Sin embargo, los trabajadores rebasaron a la dirección sindical para denunciar que la compañía “arrancó su plan de ajuste y flexibilización laboral con despidos discriminatorios y persecutorios de casi una veintena trabajadores” en la planta de Pompeya.

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