El último informe de la Dirección General de Estadística y Censos (DGEyC) de la Ciudad de Buenos Aires sobre el tercer trimestre de 2018 no es positivo: respecto de lo registrado hace un año atrás, sólo en el ámbito porteño hay 120.000 personas viviendo bajo la línea de la pobreza, un 54,3% más que en 2015.

Según se desprende de los datos arrojados por los especialistas, uno de cada cinco porteños pertenece a una familia que tiene ingresos inferiores al costo de la canasta básica total, es decir, a $24.865,43.

¿Qué quiere decir esto? Que hay 639.000 porteños que son pobres, un 20,9% del total de la población de Capital Federal. De ese total, para colmo, 198.000 son indigentes, 58.000 más que un año atrás. 

Y las malas noticias no terminan ahí: por fuera de los pobres e indigentes y gracias a la grave crisis económica que atraviesa la Argentina, el relevamiento estadístico registró a 312.000 personas como pertenecientes a sectores “no pobres vulnerables” y a 227.000 como “clase media frágil”. En palabras más simples: la clase media se ha ido achicando al ritmo del ajuste, la inflación y la devaluación del peso.

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