Hace un año atrás resultaba imposible pensar en Jair Bolsonaro, candidato de la extrema derecha, podía llegar a ser presidente de Brasil. Hoy parece imposible pensar en que puede perder la elección.

El controvertido candidato obtuvo este último domingo un 46,03% de los votos, por lo que competirá en el balotaje del 28 de octubre con su principal opositor, Fernando Haddad del PT, quien recibió el 29,28% de los sufragios.

Aunque los analistas políticos prefieren ser cautos, la diferencia parece haber sentenciado la historia: el ex ministro de Lula Da Silva, actualmente preso, logró acumular 29,2 millones de adherentes a lo largo del país. Bolsonaro, en cambio, superó los 47,9 millones.

Con los resultados a su favor, el ex capitán del Ejército se animó a declarar: “No haré ninguna negociación partidaria. A mí ya me apoyan más de 260 diputados del bloque ruralista, gran parte del bloque evangélico y de la bancada de la seguridad. En mis cuentas, tenemos aproximadamente 350 diputados que van a estar con nosotros y, en su mayor parte, ellos son honestos”.

Para tener alguna chance de dar vuelta la elección, Haddad precisará capturar los adherentes del laborista Ciro Gomes (12,48%); fracciones de los electores que votaron a Geraldo Alckmin (4,76%), también de Joao Amoedo (2,5%) y de Guilherme Boulos del Psol (0,58%).

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