Más de 1.400 personas murieron por el terremoto de 7,5 grados en la Escala de Richter y el tsunami que golpeó la isla indonesia de Célebes.

Las autoridades advirtieron que las necesidades en las zonas siniestradas son “inmensas” y que, con el correr de las horas, se reducen las esperanzas de encontrar más sobrevivientes.

Actualmente los equipos de rescate se concentran en algunas zonas alrededor de Palu, una ciudad de la costa golpeada de lleno por el tsunami: creen que en el “Hotel Roa Roa” puede haber 60 personas bajo los escombros. También trabajan en un centro comercial y un restaurante.

El panorama es desolador. “Necesitamos nafta, necesitamos agua, necesitamos electricidad. Esto es desesperante”, aseguraron desde el Hospital de Udanta.

Además de las muertes, las desapariciones y los destrozos, cerca de 200.000 personas necesitan ayuda humanitaria urgentemente, según informaron desde la oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA).

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