El último domingo, el barrio griego de Toronto fue el escenario del ataque de Faisal Hussain, de 29 años: caminaba por esa arteria cuando, de la nada, comenzó a disparar con una pistola contra los transeúntes.
El atacante mató a dos personas: Julianna Kozis, una niña de tan sólo 10 años, y Reese Fallon, un joven de 18 años que caminaba por el lugar. Antes de ser abatido por las fuerzas de seguridad canadienses, hirió a otras 13 personas.
Tres días después del atentado, el Estado Islámico (ISIS) proclamó su autoría: “Fue uno de nuestros soldados el que llevó a cabo el ataque en respuesta de los llamados para convertir en blancos a los ciudadanos de los países de la coalición internacional”.
Más allá de este escueto comunicado que se difundió a través de la agencia AMAQ, el grupo yihadista no dio mayores precisiones ni detalles.