Los trabajadores de los medios argentinos están entre más golpeados por la crisis y los recortes en los últimos años. Ahora, en plena efervescencia mundialista, fue el turno de la agencia estatal Télam: se confirmó el despido de 100 empleados y la cifra está prevista que aumenté hasta los 350.

El comunicado publicado en redes sociales:

“Las agencias públicas de noticias cobran valor en un mundo donde la impunidad del delito promueve las falsas noticias. En el siglo XXI el sentido que tienen es informar a los ciudadanos con veracidad, profesionalismo e independencia del poder político y los intereses comerciales.

Donde reina la posverdad no hay periodismo posible, donde se inventa la verdad lo único que importa es el efecto de la noticia y no su fundamento. La función del periodismo es contar los hechos con la mayor objetividad.

En Télam la administración anterior vulneró, despreció y destruyó este sentido último. La propaganda se enmascaró detrás del periodismo. La información tendenciosa y las operaciones sucias fueron la tónica de la época. Los lobos se disfrazaron de corderos, la propaganda se disfrazó de periodismo. El desmanejo administrativo no tuvo precedentes: denuncias de corrupción en el manejo de la pauta y contrataciones desleales.

Al límite de lo imaginable, se encontraron impresiones y diversos productos de merchandising de propaganda partidaria y de celebración del gobierno anterior financiados con dinero del presupuesto de la agencia.Se pasó de una planta de 479 empleados en 2003 a casi 1000 empleados en 2015. ¿Qué necesidad hubo de duplicar la planta de empleados? Una sola: satisfacer las necesidades de adoctrinamiento de un gobierno y la sujeción a su poder. Construyeron un complejo entramado sindical, empresarial y legal para perpetuarse y mantener cautiva a la agencia y coartar el trabajo libre de periodistas de raza que aún subsisten en la empresa.

Un minucioso trabajo de las nuevas autoridades de la agencia Télam a partir de 2016, permitió desarmar la madeja, evitó costosos juicios al Estado y logró hoy que la justicia nos dé la razón. La oposición desplegada por 44 delegados en una empresa de más de 900 personas y por 61 medidas de fuerza en dos años y medio, exhiben lo manifestado. Cuesta encontrar en la memoria un ejemplo tan contundente como la reciente decisión que tomó la justicia de impedir la entrada a la empresa al secretario general de un gremio por considerarlo “peligroso para sus compañeros”. Ninguno de estos escollos impidió que se avanzara en la mejora de los contenidos con información confiable y una fuerte apuesta a las nuevas tecnologías, que impulsó el crecimiento de los abonados de Télam, entre ellas, numerosos medios del extranjero.

Por todo esto, acompañamos la decisión del directorio de Télam de completar un plan de reformas y modernización para poner a la agencia donde debe estar. Hoy ganó el periodismo y ganaron los ciudadanos. Los ciudadanos porque recibirán de la Agencia Télam información objetiva, veraz e independiente. El periodismo porque podrá desplegar, sin presiones ni chantajes, su noble oficio. Hoy ganó el periodismo y ganaron los ciudadanos. Hoy ganó el futuro de la Agencia Télam“.

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