Tras casi sesenta años desde su creación, la banda armada y organización terrorista EUZKADI TA ASKATASUNA Patria Vasca en Libertad en castellano “ETA” decide disolverse aunque ya desde el 20 de octubre de 2011 había proclamado el cese de toda violencia.
El gobierno español con Mariano Rajoy al frente, ha calificado de “escenificación” la declaración de ETA y no consideró suficiente la petición de perdón a las víctimas accidentales de sus actos violentos y de respeto por la totalidad de sus víctimas. Espera, el perdón de la banda armada hacia todas y cada una de sus víctimas y el arrepentimiento por sus acciones violentas desde su formación.
Durante su trayectoria, ETA asesinó a más de 850 personas (los números varían según la fuente) de las cuales más de 300 fueron civiles y el resto miembros de las fuerzas de orden público o políticos. A su vez, en atentados fallidos, en tiroteos con las fuerzas del orden, tras torturas y como víctimas de grupos paramilitares creados por el gobierno español han muerto más de 450 miembros de ETA. La organización terrorista no pide perdón del gobierno español por los etarras “muertos en acción” pero si responsabilidades en los asesinados por grupos paramilitares: Batallón Vasco Español , Grupo Antiterrorista de Liberación (GAL) y bajo tortura policial.
“La organización abandona la violencia y considera que la independencia de EUZKADI (País Vasco) ha de llegar a través de la vía democrática. Confía en que los más de trescientos presos de la organizacións se beneficiarán con el tiempo, de esta disolución” según fuentes del diario vasco GARA (VAMOS) rotativo bilingüe castellano/euskera fundado en 1999.
Los vascos esperan un giro copernicano en la actitud del gobierno y confían en que los múltiples contactos y negociaciones entre los gobiernos y ETA desde el año 1986 hasta el 2006, aunque infructuosas, sean un referente esperanzador para sentarse a hablar, ya sin muertes de por medio, sobre un futuro y definitivo acuerdo que no sea insatisfactorio para ninguna de las partes implicadas.
- Por David Castro Ramos