El líder de Nirvana se quitó la vida un 5 de abril de 1994: en su corta carrera musical, Kurt Cobain ya había pasado a la historia.
Quedó grabado en la memoria de millones de personas alrededor del mundo como el “creador” del grunge gracias al estilo duro, rebelde y con altos niveles de desencanto que expresó junto a Krist Novoselic y Dave Grohl, futuro creador de Foo Fighters.
La estrella del grupo nunca ocultó el peso que le implicaba ser uno de los músicos más famosos del mundo: y una noche su cabeza dijo basta.
El músico pasó sus últimas horas frente al lago Washington, en una casa gigante. Estaba solo. La mañana del 8 de abril las noticias estremecieron a los fanáticos: un electricista encontró su cádaver. Tras inyectarse elevadas dosis de heroína, Cobain se pegó un tiro en la sien.