Pasaron décadas de angustia, desesperación, abatimiento e incertidumbre hasta que los familiares de los combatientes de la Guerra Malvinas enterrados en el cementerio de Darwin pudieron llorar y rendir homenaje frente a las tumbas de sus seres queridos.
Aproximadamente 200 familiares de 90 soldados argentinos muertos en combate visitaron las Islas Mavlinas como culminación de un largo proceso de negociación y acuerdos entre la Argentina y el Reino Unido.
Todo comenzó con la identificación de los cuerpos por parte del Comité Internacional de la Cruz Roja con participación del Equipo Argentino de Antropología Forense: a fines del 2017 fueron identificados todos los soldados y, a partir de allí, comenzaron los preparativos para la ceremonia que tuvo lugar este lunes.
La misma comenzó a las ocho de la mañana y duró menos de una hora: la delegación viajó en tres aviones que aterrizaron en la base militar de Mount Pleasan y desde allí se dirigieron directamente al cementerio, ubicado a unos 80 kilómetros.
A los familiares sólo se les permitió llevar un rosario fluorescente y dos flores blancas de tela para depositar en cada tumba. Asimismo, se hizo entrega de dos “Rosas por la Paz”, una artesanía colectiva iniciada por el orfebre Juan Carlos Pallarols, realizada con material bélico de la guerra del ’82 como cápsulas de balas y otros objetos que fueron encontrado diseminado por los campos de batalla.