El Estadio “Tomás Adolfo Ducó” emplazado en Parque de los Patricios fue el escenario del choque más esperado de la fecha: el clásico barrial entre Huracán y San Lorenzo de Almagro.

La primera del partido la tuvo el “Globo”: un centro desde la derecha encontró a Matheu sólo dentro del área. El defensor cabeceó hacia abajo y Navarro, de buenos reflejos, pegó el manotazo luego de que la pelota pique en el piso para desactivar el grito de gol.

El equipo del “Pampa” Biaggio empezó a nivelar el trámite y a manejar un poco más el balón: no tuvo chances claras de gol pero merodeó durante varios minutos la zona más sensible para la defensa “quemera”.

Tuvo que pasar media hora para que vuelva a haber emociones en la cancha: Araujo habilitó a Pussetto con un buen pase entre líneas y el delantero no pudo definir bien ante la salida del arquero del “Ciclón” que le tapó el arco en el mano a mano y rechazó.

Aunque desde lo futbolístico el encuentro no era bueno para ninguno de los dos, Huracán insinuó siempre más y tuvo su premio cerca del final: Pussetto tocó con Silva, le marcó el pase en profundidad, recibió y asistió al “Comandante” Chávez que, en el área, definió a la red para poner el 1 a 0.

El segundo tiempo fue de mayor a menor en intensidad y juego: los primeros minutos mostraron a los dos equipos bastante activos pero, poco a poco, ambos empezaron a decaer.

Huracán se conformó con la postura de esperarlo de contragolpe al “Ciclón” y aprovechar la velocidad de Pussetto y la fortaleza de Chávez para complicar a la defensa “azulgrana”. La visita, por su parte, intentó inclinar la cancha pero sin ideas ni profundidad: centros cruzados y, para colmo, muchos de ellos malogrados fueron lo poco que mostró en la faceta ofensiva.

Recién a la media hora San Lorenzo mostró algo más de peligrosidad: en una jugada doble, Caruso conectó de cabeza un centro y el arquero “quemero” respondió firme; lego, Belluschi probó desde afuera del área pero García tapó bien abajo.

A tres del final, y casi sin buscarlo, el conjunto de Boedo llegó al empate: Blandi desbordó, tiró un centro pasado, Araujo se durmió en la marca y Reniero cabeceó a la red.

Ni la expulsión de Piris Da Motta pudo hacer reaccionar demasiado al “Globo”: le quedaron pocos minutos para recobrar ese espíritu de ir a buscar el partido y, salvo una jugada inconexa de Coniglio, ni se acercó al arco de Navarro.

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