No son pocos los que creen que la administración de Mauricio Macri ganó la batalla principal en diciembre, en medio del calor sofocante, la represión y los piedrazos en el Congreso de la Nación: la aprobación de la reforma previsional en esas condiciones, sostienen muchos, constituye un gran triunfo del oficialismo y lo que viene no alcanzará esos niveles de intensidad.

Teniendo todo esto en cuenta, el gobierno tiene la idea fija de arrancar el año con la reforma laboral bajo el brazo: en el calendario de “Cambiemos” se planea aprobarla en febrero justo cuando se iniciará el debate por los cambios en el sistema electoral.

Aunque los cambios en las condiciones del trabajo tienen también un fuerte rechazo de la sociedad, cuenta con el aval de la CGT y varios sectores del peronismo: por eso los legisladores “cambiemitas” se muestran confiados en que pasará por el Palacio Legislativo sin tanto ruido ni resistencia.

Pese a esto, Miguel Ángel Pichetto avisó que no tiene “intención” de convocar a la Comisión de Trabajo del Senado para las extraordinarias de febrero, tal como quiere Marcos Peña. Sin embargo, estas discusiones se retomarán recién a fondo en las próximas semanas.

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