El fútbol es una fiesta pero también puede ser una tragedia: de hecho, la línea divisoria entre ambas cada vez se vuelve más fina e irrisoria.
Lo que nadie esperaba finalmente sucedió en Río de Janeiro: los hinchas de Flamengo fueron a buscar a los del “Rojo” al hotel donde estaba concentrado el equipo de Ariel Holan y hubo golpes, bombas de estruendo, peleas y detenidos.
Para colmo, el clima enrarecido que se vivió allí se esparció por toda la ciudad como reguero de pólvora: durante la noche hubo corridas por doquier en la previa de la final de la Copa Sudamericana.
La CONMEBOL rápidamente condenó lo ocurrido:
.@CONMEBOL condena todos los actos de violencia registrados e insta a todos los hinchas de los clubes que disputarán la final de la CONMEBOL Sudamericana a vivir la fiesta del fútbol en paz y con respeto y lealtad hacia el rival. #JuegoLimpio #FutbolEnPaz
— CONMEBOL.com (@CONMEBOL) 13 de diciembre de 2017