El día “tan temido” para el gobierno español y que buena parte de los “independentistas” que lidera Carles Puigdemont pensó que nunca llegaría finalmente llegó: el parlamento catalán declaró la independencia.

Pese a las amenazas de intervención por parte del gobierno español, el resultado de la votación secreta fue de 70 votos a favor, 10 en contra y 2 en blanco. Los legisladores del Partido Popular, los del Partido Socialista y los de Ciudadanos se retiraron del recinto antes de iniciar el proceso.

Con el artículo 155 de la Constitución de España al acecho, la presidenta de la cámara, Carme Forcadell, advirtió sobre las consecuencias que la decisión traería: tanto “Juntos por el Sí” como la Candidatura de Unidad Popular (CUP) ratificaron la marcha y presentaron conjuntamente la resolución independentista.

En la misma, se insta al gobierno y el parlamento regional a aplicar estos resultados iniciando un proceso constituyente “para elaborar la Constitución y los fundamentos de la República” y lanzando la entrada en vigor de la llamada “ley de transitoriedad jurídica y fundacional de la República”.

Este último sábado, Carles Puigdemont pidió a los catalanes que hagan “oposición democrática” y “cívica”. “Rechazamos la agresión del gobierno español: son los Parlamentos los que nombran y cesan a los gobernantes”, señaló con dureza.

“Nuestra voluntad es continuar trabajando para cumplir los mandatos democráticos y a la vez buscar la máxima estabilidad y tranquilidad, entendiendo las dificultades lógicas que comporta una etapa de esta naturaleza, que nuestro país no ha recorrido nunca”, agregó.

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