Después de casi un mes de búsqueda, desidia, denuncias por fallas en la investigación e incertidumbre, finalmente a fines de abril la policía encontró el cuerpo de Araceli Fulles.

Cinco meses después, cuatro de los cinco detenidos por el femicidio fueron liberados por orden de la Cámara de Apelaciones de San Martín: estos son Hernán Alberto Badaracco – el hermano del principal acusado, Darío Gastón Badaracco –, Carlos Cassalz, Marcelo Escobedo y Hugo Cabañas.

Para colmo, la mamá de la joven, Mónica Ferreyra, denunció que uno de los testigos le comunicó que fue amenazado de muerte por Carlos Cassalz: “Fue a la casa de la mamá del testigo. Le dijo que le iba a partir el pecho y mientras la amenazaba se golpeaba con un puño el tórax. El testigo tiene miedo y por ese motivo se realizó una denuncia por amenazas pero según el juez a cargo no se puede hacer mucho por el momento porque no hay pruebas”.

“El responsable de esto es el Estado: la misma Policía desvió la investigación. No nos escucharon cuando pedíamos la Gendarmería, que interviniera la Policía de la Ciudad, ni siquiera la presencia por teléfono de decirnos ‘estamos con ustedes’. Yo no pedí plata, una casa, nada, pedía que encontraran a mi hija. Saltaron a todos, dejaron libre al asesino de mi hija. Hoy tengo varias reuniones para ver cómo seguimos adelante para conseguir justicia por la muerte de Araceli”, sentenció.

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