Nunca defrauda, siempre hace historia: el suizo cumplió con las expectativas en el All England y se quedó, casi sin despeinarse, con el título en Wimbledon.

Roger Federer no le dio oportunidades a su rival y venció en la final al croata Martin Cilic por 6/3, 6/1 y 6/4: el duelo duró tan sólo 1:45 minutos.

La conquista tiene para el mejor jugador de la historia un sabor especial: no sólo es su octava corona en el torneo británico más importante sino que también rompió el empate a siete títulos con el estadounidense Pete Sampras en la “Catedral del Tenis” convirtiéndose en el mejor de la historia sobre pasto.

Comentarios

comentarios