Después de ocho meses de feroces combates urbanos y de casi tres años de califato, el gobierno iraquí, a través de la prensa estatal, comunicó la captura por parte de sus tropas de la mezquita más emblemática de Mosul.

Allí donde Abu Bakr al Baghdadi proclamó la constitución del Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés) ahora solo hay ruinas, algunos combates aislados con “yihadistas” y soldados del gobierno local.

“Su Estado ficticio ha caído”, aseguró Yahya Rasool, brigadier general y vocero de las fuerzas militares iraquíes tras la simbólica victoria. “Nuestra bandera flamea en todos los rincones de Mosul”, agregó Ergan al Hiyali, titular del Ministerio de Defensa.

Como los últimos combatientes del Estado Islámico todavía “están atrapados” en un puñado de barrios de la ciudad vieja, las autoridades esperan que la batalla por Mosul se extienda algunos días más.

Vale la pena recordar que la organización extremista islámica todavía controla parte del territorio y que Raqqa, la otra ciudad importante que controla en Siria, está siendo azotada por ataques coordinados de la coalición.

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