La desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa fue la punta del iceberg que le otorgó una cierta visibilidad a una problemática que atraviesa México de par en par: la desaparición forzada de personas.
Según el representante adjunto de la Oficina del Alto Comisionado de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos, Jesús Peña, “son aterradoras” las dimensiones que esta práctica cobró en dicho país.
Según recaba el portal mexicano “La Jornada”, durante “los recientes 10 años han sido halladas más de 855 fosas clandestinas y en sólo cuatro entidades se encontraron 35 mil restos humanos”.
Las espeluznantes cifras no terminan ahí: basándonos en los números oficiales “provisionales”, hasta el 2016 se registró la desaparición de 29.917 personas. En el último año el número repuntó: 3.803 personas fueron desaparecidas, lo que da un promedio de 10 víctimas por día.
Mario Arturo Álvarez Torrecilla, de la división científica de la Policía Federal de México, reconoció que el tema “rebasó a todas las instituciones” y que, debido a la magnitud, “ningún organismo cuenta con un cálculo confiable”.