La desaparición de Micaela García tuvo en vilo a todo el país durante una semana: la detención de Sebastián Wagner y la posterior aparición del cuerpo desataron un vendaval de críticas al funcionamiento del Poder Judicial y abrió un debate intenso en torno a qué hacer con los violadores y homicidas.

En la confesión que brindó el miércoles de la semana pasada en la cárcel de Federal, Entre Ríos, ante el fiscal Ignacio Telenta, el principal acusado del crimen se limitó a hablar sobre lo que pasó esa noche: consumió alcohol, se drogó con cocaína y, junto a su jefe Néstor Pavón, salió a “cazar” una víctima para abusarla.

“El caso prácticamente está cerrado”, aseguró el procurador general de Entre Ríos, José Amílcar García, en diálogo con el Diario Clarín.

“Tenemos a los dos imputados principales como coautores del homicidio triplemente calificado y también tenemos a las personas que colaboraron en la fuga de Wagner de Gualeguay”, concluyó.

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