Después de estar una semana desaparecida, la policía encontró sus restos en una zona de pastizales cercana a la ciudad de Gualeguaychú, a unos siete kilómetros de la ruta 12.
La aparición de su cuerpo no fue algo azaroso: en la noche del viernes había sido detenido Sebastián José Luis Wagner, de 31 años, el principal sospechoso del crimen.
Wagner fue detenido en el barrio Las Catonas, de Moreno, en el oeste del conurbano bonaerense, luego de que los investigadores intervinieran teléfonos vinculados con él: cuando llegó la policía intentó suicidarse pero no lo logró.
Movilización pidiendo #JusticiaPorMicaela y por todas.
Fotos de Nacho Yuchark para lavaca pic.twitter.com/MdFGcJNEvR— lavaca tuitera (@Lavacatuitera) 9 de abril de 2017
En otra vivienda ubicada a pocos metros de allí también fue detenido el padrastro de Wagner, José Fabián Ehcosor, de 53 años, policía municipal del partido bonaerense de Malvinas Argentinas y suboficial retirado del Ejército, a quien se acusa de haber encubierto al sospechoso.
El trasfondo judicial del crimen es lo que ha desatado todavía más la indignación en torno al caso: el juez de Ejecución de Penas de Entre Ríos, Carlos Alfredo Rossi, le otorgó el 1º de julio del 2016 la libertad condicional a Sebastián José Luis Wagner, condenado a nueve años de prisión por dos violaciones.
En su fallo, consideró al detenido como “posicionado favorablemente para acceder a la soltura anticipada” porque “se resalta saludablemente el cambio actitudinal de Wagner así como una positiva modalidad de resolución de conflictos”. Nueve meses después cometió este crimen atroz.
El sábado por la noche miles de personas salieron en las principales ciudad del país a pedir justicia por Micaela García y a recordar que el machismo y la desidia estatal matan.