En una entrevista con “La Nación”, el director británico habló sobre la segunda entrega de la película icónica de mediados de los noventa.
“Tanto yo como los actores sentimos una enorme responsabilidad y una obligación de honrar a Trainspotting por el modo en que transformó nuestras carreras. Sabíamos que si íbamos a volver a ella, debíamos hacerlo de la manera correcta, no hacerlo por dinero o por cuestiones comerciales, sino que debíamos hacer un film difícil y estimulante, que fuera disfrutable pero con ideas que no fueran fáciles de absorber por momentos, que fuera un desafío”, aseveró Danny Boyle.
“Esta segunda parte está llena de imágenes de niños decepcionados, de mujeres decepcionadas que no pueden seguir adelante sin estos hombres que viven demasiado obsesionados con el ayer, con revivir las glorias pasadas o con vengarse por cosas que sucedieron en el pasado en lugar de vivir el hoy. La película está saturada de esas imágenes y hay escenas constantes que retratan eso”, explicó.
“Hay una transición de la juventud, del momento de irresponsabilidad y de ser temerario de la primera película, en la que a los personajes no les importaba nada ni nadie, mucho menos el tiempo, a esta segunda película, que está basada en la adultez, en la que queda en claro en que es el tiempo el que no se preocupa por ellos. Puedes notarlo literalmente en la cara de los actores, cómo el paso del tiempo afectó a estos personajes”, concluyó el director.