Torturas, vejamientos, hambrunas y ejecuciones: los horrores de la cárcel de Saydnaya consternan al mundo. Habrían muerto 13.000 personas.

Saydnaya es una localidad de Siria, situada en una zona montañosa (1.339 metros de altitud) a 35 kilómetros al noroeste de Damasco. En esta localidad se encuentra el Monasterio de Nuestra Señora de Saydnaya, cuya construcción se atribuye al emperador Justiniano: el lugar es venerado tanto por cristianos como musulmanes.

Hasta hace poco tiempo, eso sólo se sabía “mundialmente” del lugar. Ahora la situación cambió: Amnistía Internacional, tras recoger diversos testimonios de gente que estuvo detenida en la cárcel de Saydnaya, en Damasco, y de ex guardias, confirmó que se llevó ahí dentro “un programa calculado de exterminio”.

En dicha prisión, miles de civiles que se oponían al régimen de Bashar Al-Assad fueron sistemáticamente deshumanizados sin piedad, torturados, muertos de hambre y finalmente ahorcados: los testimonios confirman que esto último se realizaba de noche y eran colgados entre 20 y 50 personas al mismo tiempo.

“Durante todo este proceso, las víctimas tienen los ojos vendados y no saben cómo ni cuándo van a morir hasta que se les pasa la soga alrededor del cuello”, reza el informe publicado por el organismo.

31 declaraciones de ex detenidos de Saydnaya dan cuenta de la inmensidad del horror: se calcula que en los últimos años allí se asesinó a entre 5.000 y 13.000 personas por orden de oficiales de alto rango del gobierno sirio.

“A medida que fuimos juntando las piezas del modelo de la prisión, nos dimos cuenta de que el edificio no es sólo un lugar donde hay encarcelamiento, vigilancia y torturas. El edificio, en sí mismo, es un instrumento de tortura arquitectónico”, señaló Eyal Weizamn, director de Arquitectura Forense.

Amnistía Internacional calcula que, desde que comenzó la guerra en este país árabe, en 2011, hasta agosto de 2016, habrían muerto en las cárceles sirias más de 17.000 personas como consecuencia de las condiciones inhumanas y las prácticas sádicas de tortura. A esta cifra se añaden ahora otros 13.000 muertos que este nuevo informe revela sólo en la ahora tristemente célebre prisión de Saydnaya.

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