El frente que el gobierno de Mauricio Macri tenía “adormecido” se despertó: la CGT decretó una movilización para el 7 de marzo y abrió las puertas para una huelga general.

“La medida de fuerza es un hecho”, aseveró Mario Calegari, secretario de prensa de la Unión Tranviaria Automotor (UTA), en diálogo con Radio La Red.

Minutos más tarde, el propio secretario general del gremio, Roberto Fernández, lo ratificó: “Cada vez hay más despido y suspensiones. Estamos muy preocupados. Si esto no camina, en marzo va a haber problemas”.

“Los empresarios se comprometieron a frenar los despidos y las suspensiones y esto continúa. Nosotros solo queremos cuidar las fuentes de trabajo”, prosiguió el sindicalista en diálogo con Radio Mitre.

“Tenemos que sacarnos la careta todos. Acá hay que hacer una reforma tributaria, buscar la manera política, nosotros y los empresarios, para que entre todos encaminemos la economía en un mundo que está globalizado”, agregó.

“Cada vez hay más comercios cerrados, los bares y casas de comida, también. En el transporte ha caído la carga de corta y larga distancia, un 6 o 7 por ciento. ¿A costa de qué van a bajar la inflación, de los salarios? La gente no puede comprar. Lamentablemente se prometió mucho y no se cumplió nada. Falta credibilidad. Queremos dialogar con el presidente, que nos diga qué camino va a tomar”, concluyó Fernández.

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