Un documento filtrado por el diario boliviano “El Deber” volvió a desnudar las irregularidades con las que operaba la empresa aérea.
Celia Castero, funcionaria de la Administración de Aeropuertos de Bolivia (Aasana) en la terminal de Viru Viru, aseguró haberle realizado “cinco observaciones” al despachador de la empresa LAMIA, Álex Quispe, entre las que se encontraban que “el tiempo de vuelo y la autonomía de la nave era la misma”.
Según consta en medios bolivianos, en respuesta a las peligrosas observaciones, Quispe le explicó que el capitán del vuelo, Miguel Quiroga, había proporcionado dicha información y “la consideraba suficiente”.
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— Diario BA (@diariodeBA) 30 de noviembre de 2016
“No señora Celia, esa autonomía es la que me han pasado, nos alcanza bien. Así nomás lo presento, lo hacemos en menos tiempo, no se preocupe. Es así nomás, tranquila, eso está bien, ahí nomás déjemelo”, señaló el tripulante del vuelo ante las autoridades.
La historia subsecuente es conocida: en medio de los problemas de combustible y sus efectos inmediatos, como las graves fallas eléctricas, el piloto tardó casi nueve minutos en declararse en emergencia por temor a pagar una multa. El avión, finalmente, se estrelló en la montaña.
