A menos que se modifique el proyecto de ley, el Congreso de la Nación deberá votar en unos días el recorte presupuestario más grande en “Ciencia y Tecnología” desde que se creó el área.
Lejos de las promesas de campaña, donde el ahora presidente Mauricio Macri prometía elevar el presupuesto del Ministerio de Ciencia y Tecnología al 1,5% del PBI, “Cambiemos” desarrolla una política acorde a sus deseos de ajuste fiscal.
Durante este último tiempo, a través de la campaña #DefendamosLaCienciaArgentina, distintas facultades, universidades e instituciones nacionales intentaron visibilizar la problemática que atraviesa al ámbito científico: el abismal recorte de fondos para los proyectos científicos.
“Los fondos asignados al Ministerio de Ciencia y Tecnología (Mincyt), el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) en el presupuesto nacional 2016 fueron 11.789,55 millones, por lo que el aumento porcentual del presupuesto 2017 respecto al de este año es del 18,38 por ciento, lo que representa sólo un 0,59 por ciento del presupuesto nacional, siendo este porcentaje el menor desde la creación del Mincyt. Este aumento, en términos porcentuales, es considerablemente menor que los distintos estimados del porcentaje de inflación para este año”, señalaron desde la Facultad de Exactas en una declaración pública.
El Dr. Fernando Stefani, del Departamento de Física de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, advirtió en reiteradas oportunidades las consecuencias de esto: “Si uno interrumpe el financiamiento del sistema científico, no sólo se pierden oportunidades de beneficios por la generación de conocimiento, sino que se desecha la inversión realizada. Las investigaciones en otros lugares del mundo continúan avanzando”.
“Es cierto que todos los años los presupuestos se corrigieron durante la ejecución, pero aquí estamos hablando de un recorte programado. El presupuesto enviado es de $ 13.900 millones, mientras que lo mínimo necesario para mantener el sistema funcionando es de 19.700 millones, y esto sin ninguna mejora de las becas y salarios. La peor consecuencia de los recortes de este estilo ya la experimentamos: es la fuga de cerebros. Se genera una selección negativa donde los más jóvenes (que tienen menos lazos) y los más brillantes (que consiguen las mejores oportunidades primero) dejan el país para generar conocimiento en el extranjero”, agregó.
“Somos conscientes de que hay reducción presupuestaria en todos los ministerios, pero esto va en contra de las promesas de campaña: elevar la inversión en ciencia y tecnología al 1,5% del PBI”, señaló Susana Hernández, coordinadora del Encuentro Permanente de Asociaciones Científicas (EPAC), en diálogo con La Nación.
La formación de científicos y la realización de proyectos que ayuden y tengan como objetivo resolver las necesidades de la población y contribuir a un bienestar general conlleva desafíos, riesgos y una inversión sostenida en el tiempo, contrario a la lógica que prima actualmente en la política.