El presupuesto destinado a la cartera científica en el proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo significa una drástica reducción de fondos.
Según un informe elaborado por el físico Fernando Stefanini, el presupuesto se fue incrementando gradualmente hasta 2014: en 2015 sufrió una leve caída y en 2016 la reducción llevó este presupuesto al nivel de 2012.
El dinero que pretende asignarle el gobierno de Mauricio Macri para el 2017 sería un golpe aún mayor: la partida propuesta es de 13.957 millones de pesos, lo que implica una inversión aún menor que en los últimos años, representando el 0,59% del presupuesto nacional total. Vale la pena recordar que estos fondos están destinados al MINCYT, al CONICET y a la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE).
La formación de científicos y la realización de proyectos que ayuden y tengan como objetivo resolver las necesidades de la población y contribuir a un bienestar general conlleva desafíos, riesgos y una inversión sostenida en el tiempo, contrario a la lógica que prima actualmente en la política.
“Si uno quiere que el conocimiento tenga impacto en la sociedad a través de un producto o proceso industrial, eso puede llevar unos diez o veinte años. Reducir el presupuesto en ciencia genera un perjuicio muy fuerte porque se pierden no solo los posibles beneficios del desarrollo, sino también toda la inversión previa”, advirtió Stefanini en la nota “La Ciencia Recortada”.
Fuentes consultadas: UNSAM
