En lo que va del 2016, la Dirección de Sida y Enfermedades de Transmisión Sexual dependiente del Ministerio de Salud de la Nación solo ejecutó el 50% del presupuesto.
A diferencia de otras áreas donde el gobierno subejecuta los presupuestos, en las que comprende a temas tan sensibles se nota y se padece: la situación de los pacientes con VIH+ y hepatitis es crítica.
Por el momento, las autoridades brindan muchas excusas que se materializan en pocos avances: medicamentos que no entran o, a lo sumo, entra una mínima cantidad y fraccionados; pañales de adultos insuficientes; medicación para problemas pulmonares y antibióticos inexistentes.
? El gobierno se desentiende de los pacientes con #VIH y sigue mirando para otro lado https://t.co/sB959bhiDF pic.twitter.com/aRZPUbGupB
— Diario BA (@diariodeBA) 30 de septiembre de 2016
Las cosas que faltan son importantes y hacen al núcleo de la lucha contra la problemática: a los pacientes y organizaciones se les hace imposible acceder a la medicación antirretroviral, a reactivos para test y seguimiento de pacientes VIH+ en todo el país ni tampoco cuentan con materiales para la prevención como preservativos y folletería.
En el Hospital Muñiz, por ejemplo, faltan antirretrovirales ya que no son entregados por el gobierno, que aduce “problemas de logística”. Otro tema más espinoso es el lucro con dichos medicamentos: debería ser prioridad gestionar su accesibilidad
Por el momento, buena parte de estos vacíos asistenciales producidos desde el mismo Estado intentan ser rellenadas con las escasas partidas nacionales y el esfuerzo y la autogestión de las distintas organizaciones, las cuales también fueron relegadas en el último tiempo.
Por eso, con el hashtag “#CrisisVIH”, todos los actores implicados buscan visibilizar la situación crítica a la que se ha llegado.