Después de siete días de paro por la muerte de un operario, choferes de la línea 60 y la empresa acordaron mayores medidas de seguridad.
La vuelta a la normalidad en la línea de colectivos fue lenta: los choferes volvieron a sus puestos después del mediodía del viernes y gradualmente se fue retomando el servicio y el ritmo habitual.
“Volvemos a nuestros puestos laborales porque consideramos que se avanzó en algunas de nuestras demandas: se clausuró el taller y el funcionamiento de dos autoelevadores. Y se dispuso una inspección técnica para verificar las condiciones de las unidades”, explicó el delegado Néstor Marcolín.
La Superintendencia de Seguridad y la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) realizó además inspecciones en los últimos días y se detectaron que de 24 coches de la línea revisados, 18 no cumplían con las condiciones de seguridad básicas para circular por las calles.
Hace una semana, el trabajador llamado David Ramallo y de 35 años sufrió heridas severas mientras trabajaba en el tallerde la cabecera de Barracas: fue trasladado de urgencia al Hospital Penna pero no sobrevivió a la graves lesiones recibidas.