El número oficial provisional de fallecidos es de 291 muertos, según informó la Protección Civil italiana. El pueblo más afectado fue Amatrice.
Los equipos desplegados en la zona siguen levantando escombros incansablemente con la intención de buscar posibles desaparecidos.
Pese a esto último, las expectativas y la esperanza de hallar personas con vida ha decaído: tras casi una semana del desastre natural, los rescatistas sostienen que es casi imposible encontrar a alguien vivo debajo de tantas piedras y materiales.
“En la zona tenemos datos que sobre todo se está estabilizando. No hemos encontrado nuevos desaparecidos, entonces, digamos que estamos llegando a la cifra definitiva”, aseguró Paolo Baccari, uno de los jefes de las tareas de emergencia en Amatrice.
Las pérdidas humanas son las más importantes pero no las únicas: el Ministerio de Cultura italiano apuntó que son unos 300 los palacios históricos, iglesias, monasterios y monumentos destruidos o dañados por el terremoto.
Tampoco es buena la situación de los sobrevivientes: al menos 2.500 personas han perdido sus casas y las perspectivas no son buenas. “Nos preparamos para el invierno. Vamos a pasar el invierno aquí. Al principio en tiendas de campaña y luego espero que en prefabricados”, señaló un damnificado a la agencia AFP.