Cannes, Villeneuve-Loubet y Sisco (Isla de Córcega) decidieron prohibir el “burkini” y desataron una polémica que atraviesa a toda la sociedad francesa.
Según los alcaldes conservadores que impusieron la prohibición, el traje de baño que deja sólo expuestas la cara, las manos y los pies del cuerpo de la mujer “desafía las leyes seculares francesas”.
“El burkini no es una nueva linea de traje de baño sino que es la versión playera del burka. Tiene incluso la misma lógica: ocultar el cuerpo de las mujeres para controlarlas”, señaló Laurence Rossignol, ministra del área de los derechos de la mujer.
“No pasa sólo por lo que se quieran poner las mujeres y lo que ellas piensen; el ‘burkini’ es el símbolo de un proyecto político que es hostil a la diversidad y la emancipación de la mujer”, agregó.
Las tensiones y los problemas aumentaron a raíz de las prohibiciones: el último sábado, en Córcega, un grupo de familias musulmanas y otras personas que se encontraban en la playa terminaron agrediéndose al discutir por el “burkini”.
El mismo fin de semana, una mujer de 29 años fue multada en la playa de la Croisette con los 38 euros que prevé la normativa; al día siguiente recibió la sanción otra de 32 en la de Zamenhoff, y el lunes por la tarde fue sancionada una tunecina de 57 años.
“Este verano estamos siendo testigos de una histeria política islamófoba que termina enfrentando a los ciudadanos unos con otros”, concluyó Marwan Muhammad, del Colectivo contra la Islamofobia francés.
