El criticado acuerdo firmado por las dos partes a principios de año para “solucionar” el problema de los refugiados parece volver a pender de un hilo.
Con el tratado de libre circulación de Schengen virtualmente sin efecto y la violencia contra los refugiados recrudenciendo, la Unión Europea ya no sabe qué hacer con la crisis migratoria.
El acuerdo alcanzado entre las partes para expulsarlos fuera del territorio del bloque comunitario parece ser la confirmación, de facto, de la creciente hostilidad de Europa para con los migrantes: de ahora en más, los refugiados que toquen suelo griego tendrán sólo la opción de pedir asilo o ser devueltos a Turquía.
Ahora, el mismo pende de un hilo y le presenta más dolores de cabeza a los funcionarios europeos: el gobierno de Erdogan amenazó en las últimas horas con dejar de aceptar inmigrantes y de bloquear a los que intentan cruzar pos su país si la Unión Europea no cumple con el pacto firmado en marzo.
“Si no nos liberan la visa para viajar y entrar a Europa, nos veremos forzados a dejar sin efecto el acuerdo de recibir a los refugiados y todo lo que se acordó el último 18 de marzo”, advirtió Mevlut Cavusoglu, titular del Ministerio del Interior turco.
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— Diario BA (@diariodeBA) 28 de julio de 2016
Las principales organizaciones de defensa de los derechos humanos internacionales salieron con los tapones de punta contra el acuerdo alcanzado entre los países que integran la Unión Europea y Turquía.
“La expulsión colectiva está prohibida por la Convención Europea de Derechos Humanos, y un acuerdo que parece que establece la expulsión directa de extranjeros hacia un país tercero no es consistente con la legislación europea ni con la legislación humanitaria internacional”, dijo el responsable europeo de Acnur, dependiente de la ONU.
“La preocupación persistente por enviar a la gente de vuelta a Turquía en vez de hacer esfuerzos incondicionales sobre la reubicación y ofrecer otras formas seguras y legales, muestra una actitud alarmante y miope”, señalaron con dureza desde Amnistía Internacional. “Este principio de acuerdo es inhumano, presenta defectos morales y legales”, remataron.