La administración de Horacio Rodríguez Larreta pidió más fondos públicos para afrontar los meses que quedan del 2016.
Con la inflación licuando las estimaciones presupuestarias, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires debió pedir la ampliación presupuestaria por un monto de 8.300 millones de pesos.
Según las autoridades porteñas, esto se debe en principal medida al pago de salarios del personal público, teniendo en cuenta los acuerdos a los que llegaron con las distintas organizaciones gremiales.
El proyecto también tiene previsto destinar nuevas partidas para “la limpieza de hospitales, la recolección de residuos, los servicios básicos de cada dependencia, los servicios de seguridad privada y las locaciones de servicio de varios Ministerios, entre otros”; y “la adquisición de insumos para el sistema de salud, productos lácteos destinados al Ministerio de Educación y otros insumos para el funcionamiento del Ecoparque, entre otros”.
? El GCBA gasta más en las partidas de publicidad oficial que en infraestructura escolarhttps://t.co/WpGCuZehGl pic.twitter.com/9WlJkL9aTT
— Diario BA (@diariodeBA) 2 de agosto de 2016
Según consigna “Diario Z”, la administración de Horacio Rodríguez Larreta incluyó 1.100 millones de pesos para los intereses de la deuda pública y $2.274.600.000 para los “servicios de comida en hospitales, hogares y comedores escolares (…) y “la limpieza de hospitales, la recolección de residuos, los servicios básicos de cada dependencia, los servicios de seguridad privada y las locaciones de servicio de varios Ministerios, entre otros”.
En uno de los puntos más controvertidos, los funcionarios porteños solicitaron también $1.223.500.000 para “reforzar” los subsidios a la educación de gestión privada, así como también “los subsidios sociales que se otorgan a través de diversos programas del Ministerio de Hábitat y Desarrollo Humano, la asistencia en villas, el subsidio destinado al Hospital Garrahan y la entrega de becas en educación”.
Que se siga dándole dinero de las arcas públicas a las escuelas privadas no deja de ser sorprendente teniendo en cuenta la grave situación edilicia que atraviesan las escuelas estatales.
