A diferencia de hace algunos meses atrás, ya todo el arco político francés declara más o menos igual los términos en que se encuentra la situación: coinciden en que están en una “guerra”.
Sin embargo, los líderes conservadores y de derecha dieron un paso más en los últimos días al pedir la creación de una especie de “Guantánamo” francés.
Su idea es construir una cárcel especial para “los terroristas” que regresan a Francia de Irak y Siria. Según datos brindados por el acutal primer ministro, Manuel Valls, 2.147 franceses están de alguna u otra manera “involucrados” en la guerra en Medio Oriente.
?? François Hollande: “Estamos frente a un grupo que nos declaró la guerra”https://t.co/YiLLHzKt9I pic.twitter.com/CqbYvzUKOD
— Diario BA (@diariodeBA) 26 de julio de 2016
Tras el ataque en la iglesia de Saint-Étienne-du-Rouvray, a 125 km al norte de París, en Alta Normandía, donde dos hombres degollaron a un cura, los políticos volvieron a poner el grito en el cielo.
“Es la guerra y no tenemos otra opción que gestionarla y ganarla. Las argucias jurídicas, las precauciones, las excusas para una acción incompleta no son admisibles”, señaló Nicolas Sarkozy ante la prensa. “El enemigo no tiene tabúes, ni límites, ni moral, ni frontera. Tenemos que ser implacables”.
Marine Le Pen, del Frente Nacional (FN), fue la primera en advertir que lo sucedido en Rouen era un “atentado islamista” y también pidió mano dura contra “los terroristas”.